La tecnología
Creo haber explicado en alguna memoria anterior, que no soy yo quien se encarga de la publicación de mis memorias escritas. Una persona de gran confianza mía se encarga de ello. Sé que le resulta difícil, y en ocasiones, frustrante, dado mi estilo de vida actual, y mi lugar de residencia un tanto remoto, y se suma a todo “la dificultad” –así lo llama él- es decir, mi dificultad para el uso de la tecnología. Es muy diplomático al usar esa palabra…yo la llamaría, más bien: ¡torpeza!
Ciertamente soy bastante lento, lo suficiente para alejarme de la tecnología. Y es que ya la veo por doquier, envolviendo a la gente, y robándoles el tiempo natural y relajado de hacer las cosas, y ciertísimamente, prefiero de todo corazón, vivir y hacer mis cosas, al natural. Usar más mi cerebro, mi propia inventiva, mi propia creatividad y no encargárselo a una máquina.
Bien, tengo un pequeño teléfono para pedir suministros, y uno que otro servicio que se vuelve esencial después de un tiempo solo. Mis memorias son escritas a mano y luego transcritas por el administrador, lo llamaré así, “el Administrador”. Le he confiado mis escritos con muchas advertencias y condiciones. No debería cambiar ni una sola de mis palaras, sin embargo, me ha confesado que lo ha tenido por necesario hacerlo, a sabiendas que no puede mentirme, dado que algunas de mis palabras no aparecen siquiera en el diccionario, o son muy antiguas y poco comprensibles, y a pesar de mi esfuerzo de usar la simpleza del lenguaje, y la suavidad acariciante del español, aún se me dificulta, es decir, a veces, me cuesta ser muy claro y entendible.
Leyes en la red
Me ha confesado también, que algunas de mis memorias son inapropiadas o políticamente incorrectas ¿Cómo puede ser eso posible? Luego de escuchar sus argumentos y de entender un poco más cómo funcionan las leyes en la internet –lamento que mi ignorancia no me permitiese saber que la internet tiene leyes- le he dado un poco más de libertad para editar a conveniencia de la internet, mis memorias… ¡solamente algunas palabras!.
Simplemente me parece ridículo que algunas partes de mis memorias, sean políticamente incorrectas, os juro que eso me sacó algunas risas y eso ya es bastante decir. Bien Administrador, sé bien que no es un asunto sencillo tratar conmigo, y sé también lo frustrante que debe ser para usted nunca tener la razón cuando intentas debatir conmigo, pero cuando mencionas la palabra “tecnología” tienes una poderosa arma para terminar la discusión.
He explicado brevemente lo anterior para que puedas -tu que me lees- comprender claramente lo que sigue. Muchos de mis escritos, esperaron al menos algunas semanas antes de ser publicados, bueno… primero debo recordar llamar al Administrador para pedirle que venga por el papel escrito. Y si en ese momento no sabe cuándo podrá venir por el pergamino, él confirma el día de llegada con una llamada, para eso debo estar con ese pequeño teléfono cerca de mí, y adivinaste, rara vez recuerdo verlo. Luego, él tendrá que hacer su magia para que mis memorias estén en la internet, de forma, políticamente correcta, claro.
Cambios en la naturaleza
En la segunda mitad del mes de enero del año actual (2020 calendario Gregoriano), decidí ir de cacería, como es habitual en mí. Alisté las pocas cosas que tengo conmigo en estos viajes y me adentré en la selva por al menos ocho semanas –no tengo prisa- Pasaron unas seis semanas cuando comencé a notar diferencias muy extrañas en la selva, digo, la selva cambia constantemente, pero, esto fue tajante, rápido, definitivo… me llevó a la sorpresa.
Sanando
Lo primero que noté fue gran migración de aves, muchas aves de todo tipo migrando, no es normal para el lugar donde estaba, ni la época, ni el tipo de ave. Todos los demás animales mostraban menos miedo a mi presencia, había más alboroto en los árboles y el olor, el olor del aire era diferente, más limpio, más como antes de quemar medio planeta, y consumir casi todo el petróleo que está debajo de nuestros pies, ¿sabes? Tuve una fuerte sensación instintiva, me acogió un sentimiento claro, todo decía a gritos que el planeta estaba sanando, ¿Cómo explicarte que la naturaleza puede sentirse mejor?
Mi conexión con la naturaleza es muy fuerte, vivo de ella y ella se perpetua en mí, no me son indiferentes sus cambios, sean buenos o malos. Talvez sea por eso que prefiero dormir por las noches, y descansar una siesta, sobre pieles, pegado a la tierra. Esas camas con patas, siento, muy sinceramente, que me desconectan del planeta del cual soy parte viva.
Esta conexión me provee mucha sensibilidad hacia ella, e insisto, la naturaleza se encontraba celebrando. A este punto, sabía que algo estaba pasando fuera de mi selva, estaba pasando algo grave y grande, algo que no sabía que era, pero, que, sin lugar a dudas, se trata de un evento importante.
A este punto, seguramente sabrás de qué es de lo que estoy hablando. Me permití ver y disfrutar mi selva tan cambiante, aunque no podía dejar a un lado mi curiosidad por lo que pasaba allá afuera. Me permití ver viejos arboles llenándose de vida, amigos muy antiguos. No estoy seguro que cualquier persona pudiese notar estos cambios, digo, el olor cambió, hay más clorofila en el ambiente, más polen, más paz… nadie nota eso.
Fuera de la selva
Cerca de la segunda mitad de marzo decidí salir de la selva, me tomó cuatro días volver a casa, que también está bastante alejada de las ciudades y pueblos, por lo que de inmediato fui por mi pequeño teléfono, sin pensarlo dos veces, llamaría al Administrador para que me pusiese al tanto, con la esperanza de que me dijese: ¡aquí no ha pasado nada!
Mi pequeño teléfono no encendía, y aunque no lo crean, ya soy capaz de diagnosticar un teléfono descargado. Luego de un par de minutos y sentado en el suelo por el corto cable del cargador, logré llamar a mi amigo, quien de inmediato respondió con un obvio: ¿por qué no habías vuelto? ¡todo el planeta es un caos! A lo que yo respondí: ¡volví porque sospecho que algo pasa!
Escuché atentamente la historia completa de lo que está sucediendo, con un gran lujo de detalles, es algo que le caracteriza. Enterarme de esta maldita plaga, trajo de inmediato muchos recuerdos a mi mente. Pero si me has leído, podrás deducir qué cosa reinó en el escenario de mi memoria. Recordé por supuesto a mis amados, mis nueve almas, los que perdí con una plaga maldita como esta. Respiré profundo, ese recuerdo aún duele.
He vivido más epidemias y pandemias de lo que la historia recuerda, al menos en eso mi memoria fue mejor que los libros y escribas. Esta plaga maldita, como todos saben, no es la primera y sepan, que no será la última, pero, esto, esto es diferente. Recuerdo las grandes pestes de la historia, todas ellas, y nunca vi tanta preocupación por el futuro económico.
¿Economía?
En cualquiera de las pestes, piensa en alguna de la que hayas leído, y encontrarás que todo el mundo, todos luchan sin tener pleno conocimiento del asunto, pero los une un factor común: ¡nadie quiere ser infectado! Es una pretensión lógica y muy válida ¿no? Mi corazón se constriñe, me entristeció tanto, cuando pude verme con el Administrador, y me mostró todo en la pantalla de su computadora. Es triste que casi al mismo nivel de la peste y su consecuente secuela de muertes, se hable de la economía y de las grandes fortunas peligrando… ¿solo a mí me parece un mal chiste?
¡Claro que entiendo el problema de la economía! Hará falta comida ¿no?… ¡NO! no falta comida, solamente está aglomerada en el lugar equivocado, lo he dicho antes, vivo en una civilización extremista, la civilización del egoísmo y del ser individual, parece que nadie nota que todos, absolutamente todos, están conectados y que el mal de tu prójimo, es también tu mal. Países negando ayuda, gobiernos que no tienen idea de qué hacer, juro que vi pestes mejor manejadas hace cientos de años, cuando la ciencia era prohibida aún.
Se trata del deber
Todo el mundo pretende estar trabajando con sus fabulosos métodos científicos, con los mejores analistas y asesores, ¡todo el mundo ha olvidado que la tarea de todo aquel que está bien, es ayudar al que no lo está! ¡no importa qué necesidad tenga! Si tú puedes ayudar, entonces no se trata de poder, se trata de deber. Si tú puedes ayudar a tu prójimo, es tu absoluta obligación ayudarlo, y créeme, que si no lo haces, tarde o temprano, te encontrarás desnudo ante un juicio donde se decidirá por tu alma.
O quien sabe si antes de eso, será ante mí que te encontrarás, y sabrás de qué cosas soy capaz. ¡El que es fuerte, proteja al que no lo es! La excusa susurrada en lo secreto, y las quejas proclamadas desde las azoteas, dicen: Que aquí en este mundo prevalece “la ley de la selva.” Supongo que sabes a qué me refiero. Pero te sorprendería ver, aun entre las bestias salvajes y en los diminutos seres de seis y ocho patas, administrando solidaridad. Así que no insultemos a los que viven en la selva, comparándolos con nosotros.
Lamento desde la profundidad de mi alma tantas muertes, el Administrador me dijo “no son tantos, es una tasa de mortalidad baja”, tiene suerte de tener mi aprecio, más aun, luego de tan vil comentario. ¿Cuántas muertes se necesitan para que cobres más conciencia de lo que sucede? O ¿Cuántos deben morir para que lo consideremos tragedia? ¿cien mil? ¿más? Todos los avances científicos, hoy valen exactamente nada. Su dios ciencia, hecho de paja, no tiene la respuesta, tu dios de papel gobierno, es una gallina sin cabeza. Y los de las Élites, los más engreídos, en estas circunstancias, son como avestruces con su vacía cabeza dentro del hoyo miserable de sus posesiones.
La respuesta a la crisis
¿Parece que hablo como si tuviese la respuesta? Si así lo has percibido, créeme, tienes la razón, porque en realidad la tengo, ya la he dicho, pero, te la diré de nuevo… ¿quieres que el planeta salga victorioso de esta plaga maldita? Hay una sola salida: ¡El que es fuerte, proteja al que no lo es! Y si no lo haces, entonces prepárate para tu final y definitivo juicio.
He visto algunos gobiernos tomando medidas con sus pobladores, y han exclamado querer ayudar a sus países vecinos ¡mil aplausos! Así es como se derrotan estos males. He visto con buenos ojos las medidas que algunos gobiernos han tomado, excepto en el país donde actualmente radico –y muchos más- aquí la situación se pondrá mal. Desgraciadamente, en todo está la corrompida y putrefacta política. Si se va a ayudar a alguien, no se hace por lo que es ese alguien, sino para ver qué cosa consigo para fortalecer mi política, ayudando a ese alguien. Así somos de desgraciados.
Vivo aquí por muchos motivos que te contaré en otro momento y en vista de lo que viene, estoy buscando viajar como voluntario a ayudar y si se me presentase la oportunidad de influir en algún alto mando, sin dudas lo haré.
El mundo se recuperará…como siempre
Si algo he aprendido, es que el mundo siempre se recupera, y todo pasa simplemente a las hojas en los libros de historia, a la internet en este caso. Espero que la peste sea políticamente correcta para poder publicar todo lo que pasó, aunque seriamente lo dudo, porque nunca los asuntos políticos han sido transparentes, ni medio transparentes. De todas maneras, he visto como la humanidad siempre ha superado todas las pestes, guerras, desastres, todo queda atrás, no puede evitarse el mal, pero puede reducirse el dolor si tomas el papel que te corresponde, el papel de humano. Aunque siendo honesto con la verdad, sé que un día de tantos, habrá una peste que nos llevará al final de los finales. Quién sabe si pueda ser ésta. Es como caminar sobre un campo minado, un día vamos a poner el pie en el lugar equivocado.
Me siento triste por los que sufren en este momento, me siento molesto por los que lucran con esto, ellos tendrán su parte en el juicio, y no vestirán sus elegantes trajes, eso lo juro. Me siento frustrado porque esto no es un simple monstruo al que pueda enfrentarme y devorar, no es una bestia a la que pueda doblegar con mi fuerza. No, no puedo atacar esta peste, y hoy declaro sentirme impotente. Esta bestia, este monstruo, está en cada uno de ustedes humanos, es su responsabilidad vencerlo, esta bestia tiene nombre, se llama egoísmo, sé que puedes vencerlo.
El cambio duele
Los cambios siempre son buenos, y el ser humano tiene una incomparable capacidad para adaptarse. Duele crecer, duele adaptarse, duele aprender, y la sabiduría se obtiene con sudor y lágrimas de sangre. Seguramente te será difícil ver lo bueno en los cambios que vienen, pero te prometo que serán buenos, aunque, no puedo prometerte que vivas lo suficiente para ver hasta dónde llegará este nuevo amanecer, podría durar muchos, muchos años hasta que la mariposa se encuentre libre, hasta que la metamorfosis haya terminado.
Yo en cambio, yo estaré aquí, porque, aunque estamos en el mismo barco, yo no puedo ahogarme, es mi maldición y he aprendido a existir con ella. Tú, sin embargo, tú sí morirás, talvez no ahora, talvez vivas lo suficiente para ver el nuevo amanecer, el nuevo mundo, que, espero en mi Señor y ruego porque algo cambie para bien.
Las recomendaciones
Después de haber vivido en primera fila tantos cambios, absurdamente radicales en este planeta, tanto de todo, sería jocoso tener miedo al cambio. Queridos lectores, el mundo que conocían ha terminado, el mundo para el que fueron criados no existe más, todo se restaurará de manera diferente, y debes afrontar el cambio con estoicismo. ¿Ves cómo son tan frágiles los grandes imperios del mundo?
Tengo mucho más por decir al respecto y lo haré, seguiré enviando mis memorias donde sea que me encuentre. Sean lógicos, sean instintivos, sigan las indicaciones de sus gobiernos mientras no golpeen su instinto y lógica, cuídense unos a otros, recuerden que es su deber.
¿Qué dirá la historia de ti?
El cuidado, esta vez, comienza desde afuera, con el débil, ¡protégelo!, luego, puedes protegerte a ti mismo, pues, ¿que se dirá de ti en la historia? ¿Que fuiste un grande humano que ayudó a su prójimo, a su hermano? O posiblemente, para la mayoría, la historia estará llena de cobardes que pelearon en un mercado por un poco de papel para limpiarse bien el culo.
Sé fuerte, sé valiente, no temas ni desmayes porque mi Señor estará contigo.