Skip to content

La Herida – De mi Origen (Sexta Parte)

Es simple, por mera lógica, es simple, yo debí morir por causa de esa herida. Las lanzas que se usaban en ese tiempo tenían una hoja muy larga, posiblemente de unas veinte pulgadas y unas seis en su parte más ancha; la lanza me atravesó por completo, las heridas de entrada y de salida, tenían el mismo tamaño y según el análisis forense que me haría a mí mismo un tiempo después, la lanza pasó entre las costillas cinco y seis de mi lado izquierdo y salió entre las costillas seis y siete del mismo lado, lo que sugiere que yo estaba en una posición baja. Probablemente en una de mis tantas caídas durante el combate con esos malditos.

La cicatriz se borró con el paso del tiempo, pero cuando logré analizar la herida, supe que uno de mis pulmones fue atravesado por completo, esto era casi obvio y seguramente sufrí daños en el bazo y páncreas (todo depende de la posición que yo tuviese en ese momento). Con un pulmón colapsado de esa manera era suficiente para morir ¡y que decir de la hemorragia que debía tener! Ciertamente había sangre, pero era muy poco considerando que había sido atravesado por una lanza.

Tenía mucho dolor, obviamente y sentí miedo, ciertamente lo sentí, tuve miedo de morir volviendo de regreso con mis amados, tuve miedo de no volver y despedirme de mi Tuseth antes de su viaje a la otra vida…no lo pensé demasiado siendo honesto, caminé lentamente hasta mi caballo, caminando lento, no por el dolor, o por debilidad, recuerdo que tenía muchos sentimientos en mi mente y mi corazón, por lo que mi andar era un mero reflejo de mi sentir.

Volviendo a mi hogar

Por supuesto sentía mucha pena por toda la familia de mi Tuseth, -no tiene por qué saberlo- pensaba, ¿para qué causarle más dolor?, ¿Cómo podría decirle que su padre, sus hermanos y hermanas, su madre…todos están muertos y todos fueron quemados?, ¿Cómo la veré a los ojos después de lo que hice? Y no era para menos, venganza o no, merecido o no, yo me había convertido en un consagrado asesino, un asesino en todo el sentido de la palabra, un asesino muy hábil y aunque aún no lo sabía, un asesino inmortal, inmortal y asesino ¡qué mala combinación! … ¿o, buena?

Tomé algunas ropas de algún desafortunado, y las cambié por las mías, rasgadas y ensangrentadas, quería cubrir la herida ¡no sería capaz de preocupar más a mi amor! pensaba mientras volvía a casa herido, con más sentimientos que acongojaban mi alma, incluso antes de salir en este último intento por encontrar ayuda. Cabalgué despacio, después de todo, mi caballo no soportaría otro galope tal como el de llegada.

Mientras cabalgaba dejé mi mente volar y navegar en todo ese océano de pensamientos, fue ahí cuando tuve la oportunidad de reflexionar nuevamente sobre mi herida. Vamos ¡había visto a muchos morir por menos que eso!…¡mi herida ya no sangraba! Digo, no había desaparecido, simplemente estaba seca, no había sangre, el dolor era mucho menor y el andar del caballo ya no me molestaba, no dolía más al respirar. Debió impactarme mucho como para distraer mi mente del hecho que vería por última vez a mi familia.

Por supuesto, no lo sabía, no podía saber que era médicamente imposible seguir como si nada me hubiese pasado, aguijoneado de tal manera, la opción médica más aceptada era la muerte, no instantánea tal vez, pero sí muy rápida por colapso, falla cardíaca por la hemorragia, seguramente una falla respiratoria…no sabía nada de eso, solo creí una vez más que era muy fuerte para morir atravesado por una lanza, en fin, rumbo a mi hogar, en esas condiciones, en esa situación…todo me daba igual.

Regresé a mi hogar y… ¡no había ocurrido ningún milagro! Todos seguían al borde de la muerte y yo, lejos de preguntar ¿Por qué me sucede esto? Recuerdo haber pensado que lo merecía, ¿qué podía esperar después de las cosas que había hecho ese día? Pero, ¡Ellos no lo merecen! Mi mente, ciertamente peleaba. Mi mente ciertamente batallaba con graves sentimientos, con mucha culpa, pareciera que había sido criado para tener respeto por la vida.

Sumergido en la resignación, hice lo único que quedaba, cuidarlos, amarlos y poco a poco, despedirme de cada uno de mis amados, dejarlos ir poco a poco. Pude comprobar al anochecer de ese día, que, seis de mis pequeños habían trascendido ya. La enfermedad era peor con los pequeños que con los adultos. 

La despedida más dolorosa

Mi pequeño Azza murió al día siguiente, cerca de la tarde, no hubo más respiración en él y así, el último testigo genético de mi existencia, había muerto, mi primogénito, sangre de mi sangre…jamás, después de la muerte de mi pequeño Azza tuve otro hijo, nunca me fue posible por razones que explicaré en otro momento.

Así me despedía de todos mis hijos, viendo como morían lentamente frente a mi impotencia… ¿puedes imaginar todo ese escenario?, mis siete hijos muertos dentro de casa, fuera en el nomos no había ya un solo quejido, no había ningún sonido, que al mismo tiempo, era como una celebración de muerte.

En realidad, no sabía si había alguien más con vida, no puedo decir que no me importaba, es solo que no quería perder los últimos momentos con mi familia, pero, aun así, decidí ir a los otros hogares y saber que había pasado con todos.

Anubis (Anpu) 2018 – Jackal-Headed God Of The Dead, Ancient Egypt Civilization. ancientegyptmag.com

Vidas diezmadas

Salí de mi hogar y observé el nomos, era la noche del siguiente día. La luna brillaba como siempre pero, yo no tenía el mismo sentimiento, las noches de fiesta habían muerto junto con mis hijos, la luna ya no era una hermosa cascada de plata, la luna, la noche, la oscuridad no eran, si no emisarios de la muerte, mensajeros de Anubis, ¡maldito! Con el corazón lo maldije durante mucho tiempo después de estos sucesos.

Mi recorrido por el nomos no duró mucho, en el primer hogar, el que estaba más cercano al mío, conté a quince personas muertas, niños, adultos y ancianos. Pude sentir el fuerte olor a muerte desde muy lejos, entré solamente por si acaso, aún alguien seguía con vida, solamente por si acaso había alguien más como yo. Pero no, yo, yo era el único inmortal, o como dijera entonces… ¡soy el único con la fuerza para no haber sido golpeado con la peste de este demonio!

El olor a muerte cubría por completo el nomos, hasta ese momento fui consciente de que ese olor también provenía de mi hogar, cada que me acercaba, un poco más, cada vez más cerca. El maldito olor se hacía más y más fuerte mientras mi corazón se estremecía en niveles que no quiero describir porque, mientras escribo estas palabras, mi corazón rememora todo aquello acontecido esos días, rememora cada olor, cada maldición lanzada al aire, cada dolor y cada nombre, cada amado.

No describiré la muerte de mis esposas, las amo aún y respetaré su memoria cortando esas partes, no hablaré más de eso. Sé que ha sido suficiente para que puedas saber lo que sucedió aquellos días, lo que yo viví y lo mucho que mis amados sufrieron.

No más malas ideas

En aquel tiempo, había un cementerio para personas con nuestro nivel social. Era un muy grande cementerio donde se practicaba la momificación, cada nicho era decorado con colores y se ponían junto al fallecido, algunas de sus pertenencias que le servirían en la otra vida, menuda tontería, pero no me causa gracia, solamente ahora, soy consciente que nada funciona como pensaba.

El punto era que no sabía qué hacer con los cuerpos, eso cuando tenía momentos de lucidez, estaba realmente devastado, perdido en mí mismo, perdido en mis memorias y mis pensamientos, mientras era consciente también, que mi cuerpo tenía síntomas de algo, algo raro que no podía explicar (hablaré de esto luego).

Pasé al menos dos días recargado en una pared, fuera de la que alguna vez fue mi hogar, puesto que, lo que la convertía en mi hogar había muerto, era ahora un refugio para muertos que no podrían llegar nunca al campo de juncos, ni siquiera tenían su Shabti para sembrar y cosechar por ellos. 

Muerto en vida, ahí estaba yo y por fortuna las ideas se habían terminado. Ya sabes que eso nunca terminó bien, ¿Qué haré con todos los cuerpos de mi familia?, ¿Cuántos cuerpos más hay en el nomos? No podría ser capaz de llevarlos a todos al sepulcro.

La solución no se haría esperar…

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *